Si no hubiera sido por tu desamor, este blog nunca hubiera existido, sentencié. Cada vez que evoco el dramatismo con que dije esta frase, le vuelvo a agradecer en silencio al sujeto por el cuál comenzó esta locura del diario abierto. Porque este espacio, muy a mi pesar y en detrimento de mi obsesión por encontrar un género en la escritura, no es más que un cuadernito de tapa rígida y hojas de alto gramaje en el que vuelco anécdotas.
Si no hubiera sido por tu desamor, este blog nunca hubiera existido, sentencié. Durante un tiempo considerable, me dediqué a buscar el amor y caí en lugares equivocados. Emprendí esa tarea que para algunos se daba de manera orgánica como la búsqueda de un tesoro. Y aquel primer sujeto constituyó un error espacial, temporal y existencial, porque no estábamos destinados a ser.
Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio, afirma Cortázar en Rayuela.
Será que llegué demasiado tarde a Rayuela. Releo ese dogma una y otra vez. Mi infortunio radica en que me he pasado gran parte de mi adolescencia e incipiente adultez forzando al rayo. Eligiendo uno sin potencia, de pocos vatios. Entonces, el amor no se elige, Amelia. El amor no… un montón de cosas que solo se descubre andando. Esta mañana no tiene más que revelaciones. Mientras me dejo ser en esta página en blanco, escucho de refilón:
Uno es lo que es porque ha ido de fracaso en fracaso, confiesa Imanol Arias a Pablo Sirven en una entrevista transmitida en La Nación TV.
Si en la vida todo hubiera sido éxito, este registro catártico no hubiera existido. Un poco te celebro, mi perro del ortelano. A partir de tu desamor, querido primer sujeto, quedé librada al azar. Y una noche cualquiera, mientras escribía con furiosa tinta rosa las frases más crudas que me dedicaste, un dulce ardor se hizo presente, atravesándome el cuerpo, partiéndome los huesos, dejándome estaqueada en el medio de la cama entre sábanas con puntilla, libretas multiformes y biromes de colores.