Esta web que no tiene un fin, representa mi modo de vivir la vida, la forma en que el mundo me atraviesa, me conmueve, me estimula. Voy profundo, calo hondo, rompo la superficie para dejarme sorprender. Soy requechos de las cosas que junto por ahí, de las que algunos ensalzan, de las que otros descartan. Mis sentidos están alertas para levantar información incluso a la vuelta de mi casa, por la misma vereda que transito cientos de veces. Incluso el excremento que dejó de regalo el perro del vecino en el árbol del local, me moviliza y me lleva a pensar que el sorete solo es producto una descarga animal y no es culpable de su asquerosa condición, a diferencia del verdadero responsable, el vecino que se regocija de placer al verme agachada juntando la mierda de su mascota. Un día, voy a levantar el bodoque de mierda, y si no es ese, uno que sea lo suficientemente grande y con valor y altura, que tengo y mucha, voy a embadurnarle los dos parabrisas de su auto negro brillante recién encerado, con el que se pasea a ventanilla baja haciéndose el banana.
