Papá, soy escritora, y si algún escritor lee esto, probablemente sienta que es un insulto hacia su profesión. Pero voy a contarte por qué. Lo vivo, desde el momento en que me levanto y pienso en sentarme frente a la compu a continuar con mi historia, desde que llevo siempre un anotador en la cartera para atajar cualquier idea o imagen que necesite atesorar, desde que me acuesto pensando en metáforas que a veces no se cómo aplicar o en palabras cuyos usos desconozco, desde que me alegro por una frase felizmente redactada o me ofusco por una torpemente construida.
Escribo porque es mi forma de preguntarme, de responderme, de ordenarme, de comunicarme, de llegar a vos.Y en las palabras que conforman las oraciones que reescribo una y otra vez, me encuentro yo, y mi locura, y mi sentencia de no ser lo suficientemente buena, y mi obsesión por lo perfecto; y mi cordura, y mi vislumbre de un talento incipiente y mi aceptación de lo imperfecto.
Escribo porque es como nadar en aguas curativas, que entran en mis heridas y permanecen un lago rato, porque necesitan remover lo que quedó arraigado a la superficie de esa piel lastimada y maltratada, y los surcos quedan en remojo quien sabe por cuánto tiempo hasta que vienen aguas nuevas a llevarse ese agua estancada con los restos de lo que fuimos.
Amelita Dinamita 