La tregua

Decido. Decido proponerte una tregua. Bajás tu escudo, suelto mi espada. Estamos desnudos de armas, mientras hablan nuestras almas. Somos guerreros en busca de paz. Dejamos atrás el ardor de las llagas que quemaban por dentro. Dejamos atrás el dolor de las dagas que atravesaron nuestro pecho.

Decido. Decido proponerte una tregua. Porque hay una luz  intermitente, una señal de que estamos donde debemos estar. Y lo queremos, lo deseamos, lo sentimos en cada parte de nuestro cuerpo. Somos guerreros en busca de paz. Derribamos las paredes que erigían nuestros muros. Libres ya de toda defensa, nos entregamos al destino.

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